En principio la propuesta era hacer un programa de televisión para celebrar el centenario de Buñuel. Mi idea era reconstruir en un plató la mesa de los mendigos de Viridiana, invitando a diversos personajes que se habían relacionado con él en diferentes momentos de su carrera. Algunos problema de producción impidieron que lo pudiéramos llevar a cabo. Por esto decidimos convertirlo en un documental. Rodamos en diversos lugares, desde Alpedrete, con Paco Rabal, hasta Málaga con Juan Luis Buñuel, pasando por Barcelona o París. El documental no tiene estructura narrativa, es una especie de puzzle en el que, a través de unas docenas de historietas, se intenta dar una visión de cómo era Buñuel. Para la ocasión Manel Mayol tuvo la brillante idea de iluminar a los entrevistados con una luz muy dura, lo que les da una apariencia bastante monstruosa.